Conozcamos más sobre el transporte de cargas peligrosas.
Las mercancías peligrosas son elementos que muestran un riesgo para la salud y la seguridad o que pueden producir daños a las personas, en las propiedades o en el medio ambiente. Estos pueden ser objetos explosivos, gases y líquidos inflamables o materias corrosivas.
¿Cómo deben transportarse las mercancías peligrosas?
El transporte de mercancías peligrosas debe cumplir una serie de condiciones con el fin de eliminar o minimizar el riesgo en este tipo de operaciones. Dichos requisitos vienen regularizados por una serie de acuerdos internacionales, en función del medio de transporte que se utilice. Los principales modos de transporte de mercancías peligrosas utilizados actualmente son el transporte por carretera, el transporte por ferrocarril, el transporte marítimo y el transporte aéreo.
Los acuerdos internacionales que regulan el transporte de mercancías peligrosas son el ADR, el RID, el Código IMDG y las Instrucciones Técnicas de OACI.
La carga de mercancías peligrosas es un reto para el transporte.
El transporte de estas materias plantea ciertas exigencias tanto a las empresas especializadas, como a las autoridades que regulan y vigilan los aspectos que rodean a dicho transporte, en lo que se refiere a la seguridad de este. El problema por resolver radica en el riesgo que se genera al tener que trasladar unos determinados productos peligrosos en sí mismos y en el hecho de tener que garantizar una óptima seguridad durante dicho traslado o transporte, tanto para la propia mercancía y para las instalaciones de transporte, como y principalmente, para las personas que entren en contacto con ellas, los bienes materiales que se encuentren en sus proximidades y el medio ambiente por el que circulen.
La amplia reglamentación nacional e internacional a la que están sujetas las actividades relacionadas con la logística de los productos químicos exige a sus participantes un amplio conocimiento de la legislación vigente. Los numerosos cambios y modificaciones que sufre dicha normativa, e incluso la aparición de nueva legislación relacionada con los productos químicos, obliga a las empresas involucradas a estar constantemente al día.
Los riesgos y dificultades para el transporte de carga peligrosa
Representan daños a la salud por inhalación cuando pasan al ambiente por evaporación, dispersión o pulverización por motivo de una fuga, derrame o accidente. Daños a la salud por inhalación de vapores o de gases tóxicos o irritantes cuando arden estas materias.
Podemos definir peligro como una situación o elemento con potencial para producir un daño de cualquier tipo, como por ejemplo lesiones, desperfectos materiales o contaminación del medio ambiente. En el caso de las mercancías peligrosas, el peligro se refiere a la capacidad intrínseca de estas materias para causar daño.
Por otro lado, el concepto “riesgo” se puede definir como la probabilidad de que algo o alguien sufran un determinado daño. Por ejemplo, si hablamos de riesgo desde el punto de vista laboral, nos referimos a la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado de su trabajo.
Aplicando estos conceptos a las operaciones con mercancías peligrosas podemos afirmar lo siguiente:
• Las mercancías peligrosas se denominan así porque, debido a sus propiedades fisicoquímicas, pueden generar un daño.
• El riesgo en las operaciones con mercancías peligrosas existirá cuando haya una probabilidad de que el daño se materialice.
Información de Riesgo Químico
Una de las principales medidas de prevención que puede adoptarse para cualquier actuación relacionada con las operaciones con mercancías peligrosas es obtener información sobre los riesgos de la materia que se manipula y las medidas de prevención a adoptar para controlar esos riesgos.
El control del riesgo químico en las empresas se puede integrar dentro de la gestión general de los riesgos laborales de la empresa, lo que exige identificar todos los productos químicos que están presentes en el lugar del trabajo, así como conocer su peligrosidad, al objeto de poder identificar los riesgos existentes. La información y la formación es el primer paso para reducir el riesgo derivado de la manipulación y almacenamiento de los productos químicos.
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